Intuición materna...


Andrés vivía en un apartamento con Claudia. Ante los ojos de su familia, Claudia sólo compartía piso con Andrés. Nadie podía sospechar otra cosa.
Un día, Andrés invitó a su madre a cenar. Durante la cena la madre no pudo quitar su atención en lo hermosa que era Claudia. Siempre sospechó que su hijo tenia una relación con ella y, al verla, la sospecha no pudo sino acrecentarse.
En el transcurso de la velada, mientras veía el modo en que los dos se comportaban, se preguntó si estarían acostándose. Leyendo el pensamiento de su madre, Andrés le dijo: "Mamá, sé lo que estás pensando, pero te aseguro que Claudia y yo sólo somos compañeros de piso".
Unos días más tarde, Claudia le comentó a Andrés que desde el día en que su madre fue a cenar, no encontraba el cucharón grande de plata para servir la sopa. Andrés le dijo que mandaría un email a su madre para comentárselo, así que se sentó y escribió: "Querida mamá: No estoy diciendo que cogieras el cucharón de plata pero tampoco estoy diciendo que no lo hicieras. El hecho es que el cucharón ha desaparecido desde que viniste a cenar a casa.
Un beso, Andrés".
Días después, al abrir su correo electrónico, Andrés vio un email de su madre que decía:
"Querido hijo: No estoy diciéndote que te acuestas con Claudia o que no te acuestas con ella, pero el hecho es que si Claudia se acostara en su propia cama, ya habría encontrado el cucharón de plata, que lo puse bajo sus sábanas.
Con todo cariño, Mamá".

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